Se ha hablado mucho sobre el liderazgo por lo que es un término que está manido. Cada persona lo interpreta de una manera dependiendo de los libros, artículos, escuelas de negocios, formaciones, etc que haya tenido y sobre todo de sus vivencias.

Las personas nos comportamos diferente dependiendo de nuestro contexto ya que intentamos adaptarnos para ser socialmente aceptados. Cada organización tiene un contexto diferente y es por ello que no existe un solo tipo de liderazgo sino múltiples.

Sin embargo, sí podemos identificar algunas de las características necesarias en el liderazgo para poder afrontar los retos a los que nos enfrentamos actualmente.

¿Qué fuentes nos inspiran?

Empecemos con el liderazgo de nivel 5. Es un término acuñado por el consultor, escritor y formador estadounidense Jim Collins en su libro de 2001 “Good to great” en el que expone una investigación sobre los factores que ayudan a las empresas buenas a convertirse en extraordinarias. Define a los líderes de nivel 5 como profesionales que buscan el crecimiento y el éxito de una empresa por encima de sus intereses personales. Son impulsores de cambios duraderos para asegurar la adaptación sostenible en el tiempo en las organizaciones y queremos destacar las siguientes características que tienen en común:

• Tienen una gran ambición de conseguir el éxito de la compañía dejando de lado sus propios intereses. Saben cuando deben aceptar su incompetencia y ser valientes para pedir ayuda a otras personas más capacitadas.
• Son personas que desarrollan las capacidades de sus sucesores para poder tener mayor éxito en las generaciones futuras. Ponen el foco en enseñar todo lo que saben y en estar en constante aprendizaje.
• Gestionan su ego siendo modestos y humildes. Mantienen el foco en trabajar duro anteponiendo la generación de resultados duraderos frente al reconocimiento personal.
• Asumen la responsabilidad cuando hay errores sin buscar culpables. Atribuyen el éxito a diversos factores no sólamente a ellos mismos

Desde la reflexión de Jim Collins han pasado más de 20 años aunque estas características siguen siendo muy relevantes.

Jesús Hijas en Unleadership nos habla de desaprender modelos, paradigmas y estructuras mentales que tenemos arraigadas en la cabeza condicionando la forma en la que nuestro cerebro procesa la nueva información, y que, sencillamente, hoy ya no son válidas. Esto implica un cambio hacia:

• Una actitud más valiente: Olvidarse de la estabilidad y abrazar el cambio.
• Una actitud más abierta: Olvidarse del perfil de éxito continuo y del miedo al fracaso. Recoger los aprendizajes de los errores.
• Una actitud más generosa y más colaborativa: Olvidarse de proteger lo que creemos que nos corresponde y disfrutar de la frugalidad.
• Una actitud más atenta y más curiosa: Olvidarse del camino que se supone que debemos recorrer y contemplar las distintas posibilidades en cada momento.
• Una actitud más humilde y más creativa: Dejar de pensar que ya sabes. Ahora se buscan eternos aprendices, que aprendan haciendo y que aprendan rápido.
• Una actitud más consciente y más significativa: Es clave conocerse a uno mismo y entender lo que puedes ofrecer al mundo.

Javier Recuenco también habla en esta entrevista con Ramon Romero que los líderes deben ser capaces de encontrar el equilibrio entre mantener la firmeza a la hora de sostener los argumentos que sirven al propósito y la humildad de admitir que no saben y van a aprender por el camino. Además es fundamental que sean capaces de sostener su vulnerabilidad durante ese proceso de aprendizaje.

Eugenio Molini enseña en sus talleres que los líderes que quieren impulsar el cambio con mayor impacto y menos dolor deben encontrar el equilibrio entre la pasión y la compasión. Puedes ver más detalles de este enfoque en este post.

Celine Schillinger en Dare to Un-Lead nos habla de que el mundo ha cambiado pero muchas de las dinámicas de liderazgo en las organizaciones no se han transformado. En un mundo de constante cambio es necesario transformar el contexto de las organizaciones y transformarnos nosotros. Sugiere 4 movimientos:

• Auto emanciparse: Cuestionar las prácticas actuales y cómo las perpetuamos
• Conectar: Generar nuevas conexiones para habilitar las mejores capacidades del sistema de evolucionar.
• Movilizar: Habilitar la unión en la acción de todos potenciando las capacidades a través de la inteligencia colectiva para llevar a cabo el cambio.
• Un-lead: Impulsar los comportamientos de liderazgo que facilitan, fortalecen, conectan e inspiran a los empleados para aumentar su compromiso con el propósito de la organización.

Dave Snowden habla en esta publicación de que el liderazgo debe actuar de forma diferente según el contexto en el que se encuentre y de la situación que se maneje. En esta sección se pueden leer sus posteriores reflexiones y aprendizajes.

Desde Surfeando el cambio creemos que cultivar comportamientos con estas características en las organizaciones es necesario ahora para poder asegurar la sostenibilidad futura de las organizaciones. Entendiendo que el principal stakeholder de las organizaciones es el planeta como reflexiona en este post Alexander Crawford.

Conclusiones

• Necesitamos activar el pensamiento crítico y desaprender muchas de las prácticas, conocimientos y actitudes sobre el liderazgo
• El liderazgo debe ser adaptativo al contexto y las situaciones fomentando la humildad y el aprendizaje contínuo
• Necesitamos ser más trascendentes cuidando el todo y potenciando la humanización del liderazgo

Si estás interesado en este tema ¡siguenos!. Además puedes dejarnos tus dudas y problemáticas en un comentario o contactanos!